Ganar más parece ser la mejor opción, sobre todo cuando de paso desaparecemos al odioso jefe explotador, así que, - ¡pongamos un negocio! - decide la mayoría. Nada más alejado de la realidad. Nos dejamos llevar por el sueño de la independencia laboral antes de obtener la independencia financiera.
Primero descompongamos “el ganar más”. Clasificamos en cuatro el ingreso según su origen.
Ingreso por al trabajo activo: Este es el dinero que se produce por nuestra intervención directa, sueldos, honorarios, comisiones, utilidades del negocio donde tenemos que estar pendientes y otros que sin nuestra participación la generación de dinero sería cercana a cero. En la clase media casi un 90% del ingreso es por un trabajo activo.
Ingreso por venta de activos: Se le conoce como capitalización. Aunque no incrementa la acumulación de riqueza, nos da liquidez (efectivo) que podemos usar para incrementar los gastos.Ingreso por otros conceptos: Loterías, herencias, liquidaciones, premios, indemnizaciones, beneficencia. Yo no pondría mis esperanzas en alguno de estos.
Ingreso Pasivo: En este no tenemos que intervenir de forma permanente y directa, es el dinero que ingresa a nuestra cuenta ya sea por el producto de activos (rentas, acciones, fondos, equipo) o por un trabajo que ya se realizó. (Comisiones, regalías, beneficios de retiro).
Cuando el Ingreso Pasivo es tan grande que cubre todos nuestros gastos alcanzamos el punto de libertad financiera, y entonces podremos tirarnos a la hamaca. Es por eso que el camino de aumentar activos que produzcan ingreso parece ser el camino más difícil, por que implica que algún punto existió un excedente, sin embargo, este es el camino más seguro y que esta alcance de todos.
Por lo tanto habrá dos opciones. En una esquina La osada creada para los emprendedores natos, los héroes del capitalismo, y los estoicos luchadores del "sí se puede". Y en la otra esquina una más modesta, lenta, díficil, pero segura alcance de todos.
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